sábado, 11 de junio de 2011
domingo, 1 de mayo de 2011
ESPERANDO A SUPERMAN: LA NUEVA EDUCACION AUN ESPERA
La película Waiting for Superman (Esperando a Supermán) es un documental sobre la crisis que enfrenta el sistema educativo de Estados Unidos. Se trata de una versión sincera, clara y sin tapujos del panorama catastrófico que ofrecen las escuelas estadunidenses y refleja bastante la realidad educativa de México, Perú y de muchos países de America Latina.
El problema central: la deficiente preparación de los maestros y el poder enorme que detentan los dos sindicatos de docentes, que, por su parte, hacen una defensa de oficio, automática, acrítica, clientelar y oportunista del profesor. ¿Qué hacer cuando no existen medios legales y técnicos para evaluar periódicamente a los docentes? ¿Qué hacer cuando las plazas son concebidas como vitalicias? ¿Qué hacer cuando se sabe que la causa de la crisis es la mediocridad de los docentes y careces de poder para expulsarlos (u obligarlos a que se preparen)?
Una buena parte del público tiene una opinión amable de los docentes y de su oficio. Ser profesor se sigue concibiendo como una misión o un apostolado, pero esta concepción —aunque generalizada— no refleja una realidad en la cual muchos docentes actúan para su beneficio personal y desprecian los valores éticos que, se supone, sustentan la actividad educativa.
Una red de intereses oscuros se teje en el sistema educativo para impedir su mejoramiento. Si alguien trata, seriamente, de promover un cambio, se topa con poderosas resistencias de parte de los docentes que están acostumbrados a la rutina fácil de la educación bancaria (Freire). Existen soluciones pedagógicas y se conocen, lo que falta entonces es resolver el problema de la voluntad de los principales actores que se resisten al cambio.
Hoy por hoy, el mundo vive una explosión de ideas educativas: hay millares de investigaciones críticas que iluminan el quid de la crisis; hay infinidad de modelos pedagógicos de inspiración diversa. No son ideas las que faltan; son voluntades. Son intereses encontrados los que se disputan el destino de la educación en un conflicto que no acaba de resolverse. Es la fuerza de la inercia contra la fuerza del cambio. Una disputa que hasta ahora se ha resuelto en favor de la primera.
Mientras tanto las escuelas siguen produciendo alumnos destinados al fracaso, a la desocupación, a las drogas, a un mundo vacío y angustiante que no vale la pena vivir y que, en no pocos casos, se elude por medio del suicidio o de la locura. La claridad y lucidez de esta película nos desespera y nos aterroriza, porque no hay soluciones fáciles y las soluciones que existen son impopulares y dolorosas para muchos. Desde luego, siempre nos queda el recurso de tratar de reeducar, de informar, de tratar de cambiar las actitudes y los valores de los demás, etcétera. Existe, sin embargo, esperanza.
Pero esa esperanza descansa no en la llegada de un Supermán, sino en esperar que triunfe el ejército que hoy por hoy es el más débil, el más impopular, el de los reaccionarios, el de los que están contra la mayoría. Esos minoritarios son los que defienden el profesionalismo, el rigor, el trabajo, los valores morales, los que prefieren jugar con base en las reglas, los que sinceramente se interesan por solucionar la crisis educativa y por construirles un futuro promisorio a las nuevas generaciones.
* Director de la revista Educación 2001.
Fuente: Milenio Diario, Opinión, p. 3.
Reportero: Gilberto Guevara Niebla.
Publicada: 24 de febrero.2011
El problema central: la deficiente preparación de los maestros y el poder enorme que detentan los dos sindicatos de docentes, que, por su parte, hacen una defensa de oficio, automática, acrítica, clientelar y oportunista del profesor. ¿Qué hacer cuando no existen medios legales y técnicos para evaluar periódicamente a los docentes? ¿Qué hacer cuando las plazas son concebidas como vitalicias? ¿Qué hacer cuando se sabe que la causa de la crisis es la mediocridad de los docentes y careces de poder para expulsarlos (u obligarlos a que se preparen)?
Una buena parte del público tiene una opinión amable de los docentes y de su oficio. Ser profesor se sigue concibiendo como una misión o un apostolado, pero esta concepción —aunque generalizada— no refleja una realidad en la cual muchos docentes actúan para su beneficio personal y desprecian los valores éticos que, se supone, sustentan la actividad educativa.
Una red de intereses oscuros se teje en el sistema educativo para impedir su mejoramiento. Si alguien trata, seriamente, de promover un cambio, se topa con poderosas resistencias de parte de los docentes que están acostumbrados a la rutina fácil de la educación bancaria (Freire). Existen soluciones pedagógicas y se conocen, lo que falta entonces es resolver el problema de la voluntad de los principales actores que se resisten al cambio.
Hoy por hoy, el mundo vive una explosión de ideas educativas: hay millares de investigaciones críticas que iluminan el quid de la crisis; hay infinidad de modelos pedagógicos de inspiración diversa. No son ideas las que faltan; son voluntades. Son intereses encontrados los que se disputan el destino de la educación en un conflicto que no acaba de resolverse. Es la fuerza de la inercia contra la fuerza del cambio. Una disputa que hasta ahora se ha resuelto en favor de la primera.
Mientras tanto las escuelas siguen produciendo alumnos destinados al fracaso, a la desocupación, a las drogas, a un mundo vacío y angustiante que no vale la pena vivir y que, en no pocos casos, se elude por medio del suicidio o de la locura. La claridad y lucidez de esta película nos desespera y nos aterroriza, porque no hay soluciones fáciles y las soluciones que existen son impopulares y dolorosas para muchos. Desde luego, siempre nos queda el recurso de tratar de reeducar, de informar, de tratar de cambiar las actitudes y los valores de los demás, etcétera. Existe, sin embargo, esperanza.
Pero esa esperanza descansa no en la llegada de un Supermán, sino en esperar que triunfe el ejército que hoy por hoy es el más débil, el más impopular, el de los reaccionarios, el de los que están contra la mayoría. Esos minoritarios son los que defienden el profesionalismo, el rigor, el trabajo, los valores morales, los que prefieren jugar con base en las reglas, los que sinceramente se interesan por solucionar la crisis educativa y por construirles un futuro promisorio a las nuevas generaciones.
* Director de la revista Educación 2001.
Fuente: Milenio Diario, Opinión, p. 3.
Reportero: Gilberto Guevara Niebla.
Publicada: 24 de febrero.2011
domingo, 6 de marzo de 2011
CONFLICTOS DE INTERES EN EDUCACION MEDICA: ES HORA DE SER TRANSPARENTES Y ETICOS
CONFLICTOS DE INTERES EN LA EDUCACION MEDICA DE PREGRADO: ES HORA DE SER TRANSPARENTES Y ETICOS
Farmacología Medicina UNNE Corrientes Argentina
En muchas Facultades de Medicina de Estados Unidos y de otros países, las futuras generaciones de médicos son formadas por algunos profesores que a la vez reciben financiación de la industria farmacéutica. Esta situación es un poco inevitable, porque las relaciones de médicos con la industria son frecuentes.
Sin embargo, en la mayoría de las Facultades de Canadá y ninguna en Argentina, las normas no prevén que los profesores con conflictos de intereses deban declarar estos últimos a los alumnos de pregrado, aunque en Canadá deben seguir una normativa estricta de declaración de conflictos de intereses cuando dan conferencias o participan como docentes en programas de posgrado o de formación médica continuada (FMC).
No es sorprendente que los médicos a los que la industria pide que den conferencias y sesiones de FMC muy bien remuneradas sean a la vez algunos de los mejores profesores de la Facultad.
El origen del problema radica en la enorme máquina de marketing que utiliza médicos expertos para promover sus tratamientos. La responsabilidad es principalmente de las facultades que ignoran su obligación de proteger la calidad de la formación de pregrado al no exigir declaraciones de conflictos de intereses.
En Estados Unidos esta cuestión ha sido motivo de interés creciente, desde que un estudiante de medici-na de primer año en Harvard descubrió que un profesor era consultor pagado de 10 compañías farmacéuticas. Desde entonces muchos estados han promulgado legislaciones que obligan a las compañías farmacéuticas a declarar las personas a las que otorgan pagos. Las asociaciones nacionales han propuesto normas estrictas para las facultades y escuelas de medicina. La ley Obama de reforma del sistema de salud obliga a que a partir de 2012 los fabricantes de medicamentos y productos sanitarios deben registrar los regalos y abonos de más de 10$ entregados a profesionales y hospitales docentes. Está previsto que el 30 de septiembre de 2013 se haga pública una base de datos accesible a través de la red, que será puesta al día anualmente.
En Argentina la información sobre las personas que reciben dinero de la industria no se recoge o no es accesible. Las facultades no tienen normas sobre conflictos de intereses de su personal o de sus profesores visitantes.
Dar ejemplo de comportamiento ético, sobre todo de transparencia de posibles influencias externas sobre las opiniones médicas, constituye una cuestión de gran importancia durante los años de formación. Dado que un profesor puede influir a un gran número de alumnos, incluso con una sola clase, la existencia de personas, aunque fueran pocas, cuyos contenidos de enseñanza son sesgados por conflictos de intereses debe ser motivo de preocupación. Además, las revelaciones sobre conflictos de intereses, sobre todo de personas con influencia en la facultad, puede disminuir la credibilidad de la profesión médica.
Las facultades de medicina deberían adoptar las recomendaciones sobre declaración de conflictos de intereses publicadas en 2008 por la Association of American Medical Colleges. Además, los planes de estudio deben incluir enseñanza formal sobre los efectos de los conflictos de intereses en la evaluación de la infor-mación médica.
Los estudiantes de medicina y sus asociaciones deberían liderar el desarrollo de estas normas. Los estudiantes de medicina merecen una educación no sesgada.
Es el momento de que las Facultades de Medicina establezcan normas y programas para garantizarlo.
*********************************************************
Hébert PC, MacDonald N, Flegel K, Stanbrook MB. Competing interests and undergraduate medical educa-tion: time for transparency. Can Med Assoc J 2010;182:1279. (base de datos SIETES, www.sietes.org) Publicado por Mabel Valsecia en 15:54
http://farmaco-unne.blogspot.com/2010/10/conflictos-de-interes-en-la-educacion.html
Nora Liz Baltuano Villafuerte
Quimica Farmaceutica
CQF 05629
Farmacología Medicina UNNE Corrientes Argentina
En muchas Facultades de Medicina de Estados Unidos y de otros países, las futuras generaciones de médicos son formadas por algunos profesores que a la vez reciben financiación de la industria farmacéutica. Esta situación es un poco inevitable, porque las relaciones de médicos con la industria son frecuentes.
Sin embargo, en la mayoría de las Facultades de Canadá y ninguna en Argentina, las normas no prevén que los profesores con conflictos de intereses deban declarar estos últimos a los alumnos de pregrado, aunque en Canadá deben seguir una normativa estricta de declaración de conflictos de intereses cuando dan conferencias o participan como docentes en programas de posgrado o de formación médica continuada (FMC).
No es sorprendente que los médicos a los que la industria pide que den conferencias y sesiones de FMC muy bien remuneradas sean a la vez algunos de los mejores profesores de la Facultad.
El origen del problema radica en la enorme máquina de marketing que utiliza médicos expertos para promover sus tratamientos. La responsabilidad es principalmente de las facultades que ignoran su obligación de proteger la calidad de la formación de pregrado al no exigir declaraciones de conflictos de intereses.
En Estados Unidos esta cuestión ha sido motivo de interés creciente, desde que un estudiante de medici-na de primer año en Harvard descubrió que un profesor era consultor pagado de 10 compañías farmacéuticas. Desde entonces muchos estados han promulgado legislaciones que obligan a las compañías farmacéuticas a declarar las personas a las que otorgan pagos. Las asociaciones nacionales han propuesto normas estrictas para las facultades y escuelas de medicina. La ley Obama de reforma del sistema de salud obliga a que a partir de 2012 los fabricantes de medicamentos y productos sanitarios deben registrar los regalos y abonos de más de 10$ entregados a profesionales y hospitales docentes. Está previsto que el 30 de septiembre de 2013 se haga pública una base de datos accesible a través de la red, que será puesta al día anualmente.
En Argentina la información sobre las personas que reciben dinero de la industria no se recoge o no es accesible. Las facultades no tienen normas sobre conflictos de intereses de su personal o de sus profesores visitantes.
Dar ejemplo de comportamiento ético, sobre todo de transparencia de posibles influencias externas sobre las opiniones médicas, constituye una cuestión de gran importancia durante los años de formación. Dado que un profesor puede influir a un gran número de alumnos, incluso con una sola clase, la existencia de personas, aunque fueran pocas, cuyos contenidos de enseñanza son sesgados por conflictos de intereses debe ser motivo de preocupación. Además, las revelaciones sobre conflictos de intereses, sobre todo de personas con influencia en la facultad, puede disminuir la credibilidad de la profesión médica.
Las facultades de medicina deberían adoptar las recomendaciones sobre declaración de conflictos de intereses publicadas en 2008 por la Association of American Medical Colleges. Además, los planes de estudio deben incluir enseñanza formal sobre los efectos de los conflictos de intereses en la evaluación de la infor-mación médica.
Los estudiantes de medicina y sus asociaciones deberían liderar el desarrollo de estas normas. Los estudiantes de medicina merecen una educación no sesgada.
Es el momento de que las Facultades de Medicina establezcan normas y programas para garantizarlo.
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Hébert PC, MacDonald N, Flegel K, Stanbrook MB. Competing interests and undergraduate medical educa-tion: time for transparency. Can Med Assoc J 2010;182:1279. (base de datos SIETES, www.sietes.org) Publicado por Mabel Valsecia en 15:54
http://farmaco-unne.blogspot.com/2010/10/conflictos-de-interes-en-la-educacion.html
Nora Liz Baltuano Villafuerte
Quimica Farmaceutica
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